Acuicultura

La vulnerabilidad de las especies piscícolas a las micotoxinas se ha reconocido desde los años 60. Desde entonces, las dietas utilizadas en piscicultura han cambiado significativamente, donde las proteínas vegetales y las fuentes energéticas de las harinas oleaginosas y los cereales han sustituido a las materias primas tradicionales de origen animal en el alimento. En la actualidad, alrededor del 95% de los ingredientes del alimento para peces proviene de fuentes vegetales. En consecuencia, las especies acuáticas cultivadas enfrentan igual riesgo de contaminación por micotoxinas que los animales de tierra. 

Algunas especies piscícolas son más susceptibles a las micotoxicosis que otras, siendo la trucha arcoíris una de las más sensibles a los efectos de las micotoxinas. Los camarones suelen ser también más sensibles a la toxicidad por micotoxinas que otras especies. Por otra parte, el bagre se considera típicamente más resistente.

Las principales micotoxinas producidas por los hongos Aspergillus 

Aflatoxina:

Ya desde 1960 la harina de semilla de algodón contaminada con Aflatoxina se identificó como el agente causal del deterioro en el desempeño y la alta mortalidad de la trucha cultivada en los Estados Unidos. Sin embargo, el metabolismo de la Aflatoxina no pareciera ser diferente entre las distintas especies piscícolas, lo cual significa que algunas son más susceptibles a la intoxicación que otras. 
Los signos de aflatoxicosis en peces incluyen:

• Pobre crecimiento y baja eficiencia del alimento 
• Tumores cancerosos 
• Branquias pálidas 
• Anomalías renales 
• Anemia
• Daño renal 
• Inmunosupresión
• Alta o creciente mortalidad 
• Regurgitación 

Ocratoxina:

La exposición a alimento contaminado con Ocratoxina ocasiona disminución del crecimiento, lesiones hepáticas y renales, pobre eficiencia del alimento y altas tasas de mortalidad en varias especies acuáticas.

Las principales micotoxinas producidas por los hongos Fusarium 

Fumonisina:

Los efectos tóxicos de las Fumonisinas (derivadas del maíz) se han estudiado fundamentalmente en el bagre de los canales, que puede tolerar hasta 20ppm en el alimento comercial, sin presentar pérdidas de desempeño. Sin embargo, recientemente se ha demostrado que estos niveles de contaminación producen cambios inmunológicos. También se ha demostrado que las Fumonisinas producen daño de los vasos sanguíneos, el hígado, el páncreas, el riñón, el corazón y el tejido cerebral en la carpa. 

Zearalenona:

La Zearalenona actúa como análogo hormonal (simula) en animales terrestres y aparentemente tiene el mismo efecto en los peces. Se ha reportado daño testicular en la carpa cuando los animales se alimentaron con dietas de maíz contaminado con altos niveles de Zearalenona.

Toxina T-2:

Los estudios en la trucha arcoíris y el bagre de canal han demostrado que la Toxina T-2 puede producir daño considerable al intestino y a la mucosa, además de edema severo. Los peces más jóvenes son más susceptibles que los mayores. 

Ácido Ciclopiazónico

El ácido ciclopiazónico es de hecho más toxico para el bagre de canal que la Aflatoxina. La exposición prolongada lleva a un deterioro del crecimiento y a la formación de gránulos de proteína en el epitelio renal, además de necrosis de las glándulas gástricas. 

Los síntomas pueden ser múltiples y variados, pero el resultado en todos los casos será un menor desempeño y una pérdida de beneficios económicos.

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